En esta oportunidad fuimos invitadas al restaurant de Hotel Luciano K. Como Arquitecto no puedo dejar de dar mis apreciaciones de este sorprendente inmueble de conservación histórica. Ubicado en el corazón del Barrio Lastarria, esta obra arquitectónica, diseñada por el chileno Luciano Kulczewski, se mantiene fiel a su estilo ecléctico, neogóticos, art nouveau y rasgos del movimiento moderno. Definitivamente, me hizo deambular por el tiempo. Hotel Luciano K es un Hotel Boutique de excelente nivel, con sólo 38 habitaciones de carácter antiguo y diseño art deco, elegantes, cálidas y originales. Aquí podemos encontrar un lujoso bar, sauna, restaurante en el primer piso, piscina temperada y una maravillosa terraza de 300 mts2, en la cual nos instalamos a disfrutar de su gastronomía. Desde aquí se puede tener una vista privilegiada al Parque Forestal y la Alameda.
Esta construcción tiene un ascensor central, original de los años ´20. Funciona perfecto, siendo una joya por donde se le mire. Distintivo de Kulczewski es la infaltable Gárgola, imponente, en guardia, vigilante y misteriosa.
En el Hotel instauraron un Restaurant Fresco, en una terraza con torreones que dominan Santiago y nos introducen en un pasadizo en el tiempo. Este era el lugar ideal para comenzar con los aperitivos. En la cena, compartimos dos cocteles de la casa: Green Bon-Sai (jugo de manzana verde, vodka, albahaca, jugo de limón y agua mineral) y Hawaiian Basil (hojas de albahaca, piña, jugo de limón, jarabe de azúcar, pisco y espumoso). Se creó la atmosfera perfecta para contemplar con romanticismo las escaleras de mármol, fierro forjado, baldosas y parquet original. Simplemente “enamorante”.
Se conservaron puertas de madera nativa y vitrales, conjugando a la perfección patrimonio y tecnología. Otro aspecto lúdico son sus secciones de piso transparente, espacios verticales, que en su interior tienen lámparas que recorren desde el primer al último piso, provocando ilusiones ópticas que se transforman en verdaderas obras de arte.
En esta oportunidad especial, rodeadas de un marco arquitectónico privilegiado, probamos platos distintos, con sabores poco usuales. Por este motivo, iniciamos con el plato que más aplausos alcanzó: Cochinillo confitado sobre tortilla de rescoldo acompañado con salsa chancaca y ají cacho de cabra. Es la primera vez que probaba esta mezcla tan exótica de sabores que conjugaron de manera perfecta. La porción es adecuada y la presentación sencilla, pero no menos sofisticada. Continuamos con un Pulpo marinado en chancho en piedra, acompañado de papas confitadas y láminas de perla glaseada. En lo personal, he probado muchísimas veces el pulpo cocinado de distintas formas, pero en esta ocasión destaco que el pulpo se degustaba suave y cremosamente en la boca, siendo un manjar para paladares delicados.
A la hora de decidir qué nos serviríamos como plato de fondo, nos aventuramos con Tortellini de betarraga rellenos de vegetales asados, decisión acertadísima. El sabor de la betarraga en la pasta es algo que voy a volver a pedir la próxima vez que visite Luciano K, los aplausos nacieron al unísono. Un plato fresco, cremoso, con sabores que se distinguen y se realzan gracias a la cocción perfecta. Continuamos con Merluza austral con guiso de lentejas, zapallo y papas nativas fritas, un plato que no presenta mucha novedad respecto de los ingredientes y la mezcla de estos mismos, pero que al probarlo no puedes parar de comer ya que cada ingrediente está cocido en su punto, los aliños, la mezcla de texturas, te dejan con ganas de más.
Estos exquisitos y novedosos platos los maridamos con un Chardonnay Casas del Bosque del Valle de Casablanca, que aportó la frescura para realzar cada sabor. Finalmente, pedimos un postre para sellar el paladar Crema quemada de queso y membrillo con salsa de vino y cabritas caramelizadas, un postre diferente, en su justa porción, que encanta por la mezcla de sabores que nunca imaginamos que se llevaran tan bien entre sí.
Agradecidas de la atención de todo el personal, gerente, meseras, mixólogos, chef e incluso el portero que nos acercó amablemente al taxi (como dato anecdótico se ofreció a sacarnos las fotos, y ¡adivinen qué! tiene tremendo talento. Sacó fotos excelentes).
Experiencia redondita y recomendable para los amantes de la buena mesa, con platos novedosos, en un ambiente clásico, sofisticado, cálido y con historia.
Síguelos!
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Arquitecta, colaborador(a) de Chile Gastronomía
mhuerta@chilegastronomia.cl