Visitamos un clásico en la
coctelería Santiaguina,
Bar La Providencia. Entrar a este lugar es navegar en un mundo elegante y sensual que invita a tener una velada interesante, de luces tenues y sabores callejeros muy bien logrados en la mano de su chef
Kony.
El bar es reconocido por su gran presencia en el mundo de la
coctelería y centra gran parte de sus esfuerzos en la innovación sobre sus preparaciones y estar en constante contacto con colegas del área de barra creando, incluso, colaboraciones. Cuenta con un ambiente de terraza con calefacción para quienes prefieren un espacio más amplio y movido, como también un salón interior de luces rojas tenues para disfrutar una velada más íntima.
Partimos nuestra ruta con parte de su coctelería clásica como el
Gin Butterfly con gin, syrup de lemongrass, té de bella luna,
vermouth Cinzano, limón y bitter orange. Un
cóctel herbal que además sorprende al cambiar de color al agregar uno de los ingredientes. A partir de ello, buscando generar instancias para emprendedores del sector, los invitamos a recrear exclusivamente para esta instancia dos cócteles con productos de
Agua Noble y
Delavid.
Por un lado, probamos una reversión de un Old Fashion con
whiskey americano, azúcar y bitter de angostura con el gusto ahumado de
Agua Noble que le da un toque a madera que va muy bien con el resto de los ingredientes. Y también probamos un clásico Sour con
Polvo de Uva de Delavid presentado con la decoración de una flor.
En la gastronomía nos dejamos tentar por los sabores que nos sugirió su chef, con platos como Los champiñones del cielo que vienen sobre una cama de salsa de
frambuesas y son rellenos de queso azul y nueces rotas. Ideal para vegetarianos y para los que no, porque sin duda se disfruta totalmente. A su vez, probamos el Tuétano con full sabor compartiendo protagonismo con el chimichurri que se presenta sobre la médula.
Sobre los fondos, nos llegaron a nuestra mesa unas sabrosas Costillas Bruce Lee con medio rack de
baby ribs de chanchito, super sabrosas con salsa asiática, coronada con polvo de maní, aceite de sésamo y
cebollín fresco. Un plato que llama la atención visualmente y que completa la experiencia con un sabor enjundioso que marida muy bien con un
Cabernet Sauvignon Chamán de
Viña Santa Cruz
Tuvimos un buen cierre dulce con un Burnt blondie, que definen como la princesa de la familia, con mantequilla quemada, azúcar moreno, y chocolate de leche, blanco y nueces acompañado de un helado de amaretto y este de limón sutil, además de probar unos clásicos churros con manjar. Finalmente, agradecemos la grata experiencia junto a su
Sistema de Reservas Cover Manager, ya que generó que todo el viaje fuese fluido.
Dirección: Isabel La Católica 4203, Las Condes
Fotos y texto:
Estudio Solare