Qué lindo nombre el de Mar de Amores Restaurant. Se siente en él, el cariño y entusiasmo que cuatro socios depositaron en este espacio, inaugurado en marzo de este año, siendo el único restaurant y marisquería en su tipo, en Cerro Alegre, Valparaíso.
Mar de Amores, dentro de aproximadamente unos 40 restaurant existentes en este bello cerro, es uno de los primeros en potenciar las preparaciones con pescados frescos y mariscos vivos. Si, aunque no lo crea, en pleno puerto y con una gran variedad en productos marinos, este lugar tomó esta linda oportunidad para ofrecer a sus visitantes lo más puro y esencial de la costa de Valparaíso y de otros lugares también como Tongoy y Heihue, en Chiloé.
Sergio “Caco” Mesa, uno de sus dueños, fue nuestro anfitrión. Su cariño, expertise y pasión por el mar le hacen vibrar, mostrándonos con orgullo los acuarios, estanques y fotografías submarinas que iluminan cada rincón de Mar de Amores, además de contarnos acerca de la alianza que tiene con su gran y querido proveedor, el acuicultor Justo García, apoyando así a la acuicultura a pequeña escala.
En una linda tarde, de mucho sol y mucha afluencia de comensales, degustamos con mucha tranquilidad, lo mejor de su carta, iniciando este viaje de sabores marinos con las sabrosas ostras chilenas y japonesas, las que son solicitadas por todo comensal que visita Mar de Amores. Exquisitas las chilenas: chiquitas y ¡mucho más que frescas! Las japonesas, que le doblan en tamaño, son también sabrosas, mas con un sabor mucho más fuerte e intenso. Estas las pueden pedir mixtas o sólo de una variedad. Esta entrada también la protagonizaron uno de nuestros mariscos favoritos: ostras a la parmesana. ¡Qué maravilla!
Para maridar estas entradas, pedimos coctelería de la casa, la cual se caracteriza por utilizar sólo piscos de la IV y III Región, desmarcándose de los piscos tradicionales. Así es que felices quedamos con el Trikahue (pisco Mulet, licor araucano, jugo fresco de limón y ginger ale, mucho hielo, menta y naranja) y el Rompeolas (pisco sin guarda, campari, goma de caña, limón, jugo de piña) ambos muy playeros y refrescantes, acordes a la ocasión.
El pescado de día, fresco y de roca es también su especialidad, deleitándonos con una lisa con arroz cremoso, más un robalo con papas Irene y verduras salteadas, maridados con un exquisito sauvignon blanc Viña Casas del Bosque, una de mis viñas favoritas.
La alegría de comer estos pescados de roca, finalizó con brochecito de oro: Brownie de chocolate con helado tres leches y el Mar de Amores, deliciosos y suaves alfajorcitos llenos de amor.
Encantados quedamos con esta visita y con la excelente propuesta de Mar de Amores: vincularse directamente con los pescadores artesanales y pequeños acuicultores, velando por el comercio justo, sin intermediarios, entregando a sus comensales la mayor frescura, manejo y limpieza de sus productos, y los más ricos y saludables productos del mar. ¡Un 7 Mar de Amores!
¡Síguelos!
Facebook: Mar de Amores- Marisquería Restorant
Instagram: restaurantmardeamores
Fotografías: Renzo Procaccio
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