Restaurantes de Moda en Valparaíso

RESTAURANT LA CAPERUCITA Y EL LOBO, UNA REINVENCIÓN DE LA COCINA TRADICIONAL Y SABORES CASEROS

Llegamos hasta La Caperucita y el Lobo, un restaurant ubicado en Ferrari #75, Cerro Florida, Valparaíso.

La coquetería de La Caperucita y el instinto salvaje del Lobo, dan vida a este restaurant manejado por Leo Iglesias “El Lobo” y Carolina Gatica “La Caperucita”, un matrimonio que le dio vida a esta propuesta y que busca llevarte a “La Casa de La Abuelita” con sabores caseros de familia, reinventando la cocina tradicional, desde una nueva perspectiva aplicada por esta dupla salada (Leo) y dulce (Caro). 


 En este restaurant te atienden “como en casa” y se respira la calidez del hogar y el cariño de sus dueños. Con una terraza hermosa, con vista al mar y a los cerros porteños, decoran los sabrosos momentos que ofrecen a sus visitantes. Aquí trabajan con productores locales, y su chef Leo Iglesias, nos cuenta quienes están en su lista de proveedores regalones @granjamarina.cl @huertanativa.cl @laboticadelcocinero @productos._blanquita


Leo también comenta el cariño y aprecio que siente por aquellas personas que le venden lo que después él entrega a sus comensales. “Quiero destacar a mis caseros de Caleta Portales, Mario, el Ale y la Reineta flaca y nunca olvidar al Ñoño (Manuel) mi casero de la feria, todos ellos hacen que lo nuestro funcione”.
 
Nuestra travesía comenzó con cócteles de autor, destacándose el “Shrubs” (macerado de frambuesa, soda y espumante) y el “Kraken” (ron kraken, cinzano, licor de naranja casero, té lapsang y aceite de sésamo). Pasando a los bocados, el primer acto inició con entradas como sus alcachofas, navajuelas, croquetas de hongos y unos exquisitos ostiones confitados. Cerramos los primeros platillos con un sabroso pejerrey en escabeche. 

El segundo acto comenzó con un congrio confitado, cuya perfección en sabor lo convirtió en uno de los puntos altos de la velada. Luego llegaron los ñoquis con molleja, platos que desbordaban color, textura y un sabor que no deja indiferente a nadie.



Para el tercer y último acto, nos deleitamos con un postre recién incorporado en la carta: “La Palmera” (Mila hojas crocantes, cáliga de manjar, cremoso de vainilla y helado de café) finalizando con “El Bosque” (brownie chocolate y callampas, namelaka de chocolate de leche y frangelico, compota de Mora, barquillo de portobello, merenguitos de callampas y helado de aceto balsámico), un clásico del restaurante, y trilogía de dulzura que cerró la noche con broche de oro.


 Nuestros agradecimientos a su equipo, por la gran atención y experiencia: Jefe de cocina @cporcel._  /  Jefe de barra @nicoo_n.n /  Jefe de salón @_caradeluna
 
Fotos y Texto @vicentealonsocis 

Comentarios