Ubicado en Avenida El Rodeo 13.332 Lobo Brasserie no pasa desapercibido, tal como un lobo que aulla en la noche, este imponente y nuevo local atrae a los famélicos visitantes presentándose con personalidad por medio de su fachada en hormigón armado y cubierta de fierro oxidado.
El diseño a cargo del arquitecto Carlos Mardones y la agencia MagiaLiquid logran que este espacio de 500m2 funcione a la perfección, con un diseño moderno, sencillo y práctico sin dejar de ser cálido, donde las enormes lámparas colgantes tipo ovillos pasan a ser protagonistas y punto clave del interior.
Si bien este es un restaurant francés, no se deje engañar, pues Lobo Brasserie es un proyecto gastronómico franco-local, donde Francia aporta la técnica y Chile entrega sus productos y sabores.
La carta cambia cada día ya que dependerá de los productos disponibles a la redonda, asumiendo una responsabilidad con los pequeños productores y rescatando elementos de alta calidad y frescura, por lo que es fácil encontrar un día sábado pescados como el róbalo o rollizo, típicos de la zona central.
Ya sentados en nuestra mesa, fuimos atendidos amablemente y nos trajeron un rico pan del día con aceitunas acompañado de un mousse de salmón con la cremosidad justa para despertar las papilas gustativas y disponerse a lo que nos seguiría. Para partir comenzamos con un “Salmón marinado”, suavemente ahumado acompañado de verduras al vinagre y salsa curry y otro plato de “Milhojas de Verduras” con una rica mezcla de verduras grilladas al horno y dispuestas en milhojas con salsa cocktail al pisco Kappas. Ambos platos sumamente frescos y ligeros, perfectos para contrarrestar los platos siguientes.
Como plato central pedimos un “Róbalo” a la plancha en cocción unilateral con ratatouille, cremoso puré de papas y notas de salsa Málaga a base de nuez con cítricos.
El pescado, de preparación versátil y de sabor particular, dialoga perfectamente con el sabroso ratatouille y aún más con el puré de papas que termina de ensamblar este plato.
Nos aconsejaron también como plato central el pato, proveniente de Casablanca, y como no somos desobedientes acatamos. Razón tenían para tal convicción, el pato simplemente estaba increíble. Cocido a baja temperatura y sellado a la plancha con pak choy estofado y puré de camote y servido con salsa de pato. La carne estaba tierna y en su punto, el puré de camote tenía textura de terciopelo que pareciera desvanecerse suavemente una vez ingerido. El punto alto de la noche, sin lugar a dudas, un plato complejo y a la vez simple, fácil de comer y directo, pero con una técnica exquisita, creo que será difícil de olvidar.
Ya con estos dos platos que nos dejaron una impresión muy alta, llegaba la hora del postre. Medios aturdidos y todavía embobados por los platos centrales divagamos en la carta en búsqueda de ese, el gran postre. Nos aconsejaron los Waffles de la Casa, pero insistimos con el Fondant au Chocolat Dulcey.
A los pocos minutos llegó, pero no venía solo, con él venía también los Waffles de la Casa y menos mal que fue así, ya que nos hubiésemos perdido de mucho. El fondant es un postre dulce, un final feliz con un centro cremoso y un exteriorconsistente, de sabor cálido, pero si eres de los que te gustan los postres un poco menos saturados y menos dulces los Waffles vienen como anillo al dedo.
El nivel de azúcar es justo, la esponjosidad es realmente envidiable, dan ganas de brincar sobre ellos como en una cama saltarina. El chocolate hace el equilibrio perfecto, teniendo éste un alto porcentaje de cacao, y la crema a su vez, suficientemente consistente para terminar de cerrar este final feliz.
Pero las cosas realmente buenas siempre son mejores de lo que uno esperaba. Tras terminar esta experiencia culinaria nos invitaron a la cocina, lugar donde “la magia ocurre”. De magia poco tiene, mas de trabajo mucho. Por cada chef francés hay un chileno, el respeto ordena la cocina que se llena de movimiento pero a la vez con un orden calculado. Estando ahí, en un rincón de la cocina, temiendo estorbar, desordenar ese orden geométrico y cerrando una inolvidable velada entendimos entonces el por qué de tan buen resultado; es imposible que un plato salga mal cuando hay trabajo y pasión ante todo.
No es de sorprenderse que este joven local ya sea todo un éxito, pues tiene todos los ingredientes necesarios para ello: productos de excelente nivel, una propuesta distinta y consistente, pero por sobre todo gente con mucho talento, solo queda por preguntar: ¿qué esperas tú para ir?
¿Dónde?: El Rodeo 13332, Lo Barnechea
Sitio Web: www.lobobrasserie.com
Twitter: @Vive_Lobo
Instagram: Vivelobo
Periodista, colaboradora de Chile Gastronomía
gdieguez@chilegastronomia.cl