Que difícil resulta a veces por estos días encontrar un buen lugar para disfrutar nuestros mejunjes criollos.
Chilelindo, se emplaza en el casco central de la perla del norte. Un comedor amplio que rememora los bares o chinganas de décadas pasadas nos recibe con ese olor a suelo húmedo y brasas, que ha pasado a constituirse en un verdadero refugio de las recetas chilenas concebida para largas tandas de atrinques y pataches.
Un pisco sour de la casa nos recibe. Coctel ajustado con medidas científicas por su bartender Rubén Rodríguez; (jugo de limón, goma casera, clara de huevo
pisco El Gobernador) junto a una invención de la casa como es la Violeta Parra (Jugo de limón, jarabe de violeta, chardonnay y toque de clara), que acompañaron una
tabla pastelera, entrante a base de pastel de choclo, papas y jaibas en porciones para picotear entre dos.
Aquí lo que manda es la cantidad. Empanadas, arrollados, costillares, cazuelas y plateadas, comparten con perniles y prietas con toda generosidad. Todo a precios razonables para las porciones titánicas que se sirven.
Siendo así. Nos atrincamos una plateada al jugo acompañada con un puré rústico picante. Simplemente expresión de nuestros sabores a punta de aliños, condimentos y buena cocción. Un puré como hace mucho tiempo no paladeaba, cremoso y con un toque de delirio mantequilloso y picor justo. Que destaca la mano de su chef Piero Pasten.
La francachela siguió con un c
ostillar de chancho al horno. Suave y suculento desmembrado a tenedor con dos edecanes de proporciones colosales como fueron una
ensalada chilena y otra de
papas mayo. Y como dicen por allí. Si al mundo se vino y no toma vino, ¿a qué vino? Hicimos caso y nos tomamos unas copas de vino orgánico,
Las Mulas, cepa carmenere de la viña Miguel Torres, acompañando a la perfección este menú chileno. Servicio ofrecido por doña Camila Yutrovic.
Para arribar casi al estado de vahído, se nos despachó un lomo a lo pobre al estilo Chilelindo. Preparación de origen del campo maulino, siguiendo los apuntes del destacado Oreste Plath. Un verdadero acento de la demostración del concepto de generosidad y abundancia al tamaño XXL que ofrece su parrilla, a cargo de Pablo Pasten.
Finalizando el atracón nos servimos ya por necesidad de dulzón una porción de lecha asada. Postre con buena textura con aroma a canela y caramelo. Que termino por cuadrar un menú que es parte de nuestra chilenidad.
Chilelindo, Un sitio para toda la familia, espacioso y hospitalario para sentir ese espíritu patriota. Con una buena selección de morapios nacionales. Un reto para guatones loyolas y rotos chilenos que disfrutan del goloseo nacional. Y que por estos días, resalta una carta con nuevos cortes y preparaciones.
Washington 2430, sector centro, Antofagasta
(2) 2723 3782. +56 9 72345673 - +56 9 961914551
http://www.chilelindorestaurant.cl/
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Viernes y Sábado: 12:30 pm - 00:30pm
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