Picadas Cool en Santiago

RESTORÁN EL PUTA MADRE, UN EXPONENTE “GUACHACA” DEL BARRIO FRANKLIN

Al comienzo de calle Franklin, justo en la esquina decalle Padre Orellana se encuentra “El Puta Madre”, restorán de comida tradicional chilena que abre sus puertas el 7 de diciembre del 2018 y que nace como una forma de honrar la gastronomía típica del Chile de los abuelos de nuestros abuelos, esos platos que han logrado cruzar la barrera del tiempo, gracias a los amantes de nuestro patrimonio gastronómico como Antonio “Tolo” Aravena, dueño de El Puta Madre.

Conectado con la historia y los platos típicos gracias a su abuelo don Aurelio Riquelme quien fue su mejor amigo y quien le mostro la vida de las cantinas y picadas en su amado puerto de San Antonio, donde se enamora del mundo popular y “Guachaca” y que es el rostro del restorán y podemos verlo retratado en las cartas y poleras que usa todo el equipo, manteniendo vivo su recuerdo y su legado.

El primer plato que nos presenta Tolo y su equipo son unas empanadas fritas de prietas que en la carta se llaman “Quien Mucho Abarca”, y es justamente en este momentos en que viajamos por el tiempo y nos conectamos con los puertos, con el campo, con la historia y con el sabor imponente de esta primera experiencia y que nos deja mudos sin poder decir palabra alguna, de seguro si no fuera por la copa de vino tinto que marida este momento nos quedamos sin habla por el resto de la velada.

Una vez que recuperamos la horrible cordura, nos encontramos con un plato muy tradicional en la historia de Chile, como lo es el típico “Causeo Minero” que lleva: pernil, arrollado de huaso, aceitunas de Azapa, tomate, cebolla escabechada, cilantro, ají oro, palta, todo esto acompañado de unas churrascas a la plancha que ellos mismos hacen.

Entre medio de estos dos bellos momentos el Tolo nos ofrece un trago que según nos cuenta nace en el puerto que lo vio crecer el clásico copete porteño llamado “Chuflai” una pócima incendiaria que lleva aguardiente mezclada con la legendaria bebida gaseosa “Bilz” y 3 hielos, después de un vaso “quedai como parrilla de fonda” decía un viejo amigo….

Mientras aprovechamos de conocer un espacio que abierto que tienen, el Tolo me cuenta que ahí están creando un espacio musical democrático, micrófonos abiertos para el que quiera cantar, recitar o simplemente tenga algo para mostrar y compartir.

Así también los comensales tienen la posibilidad e jugar juegos de salón clásicos como el domino, la brisca, carioca, cachos, etc. Nos llamo mucha la atención en la carta los variados tipos de “Tocomples” que en vez de salchichas llevan longanizas artesanales, que van acompañados de diversas preparaciones como por el ejemplo el tocomple “Puta Madre” que va con cebolla caramelizada, queso de cabra, tomate asados, tocino y mayo merken, que espero poder probar pronto.

Sin previo aviso llega a nuestra mesa el ultimo plato, “El Gueon Vaca” una cola de vaca cocida lentamente en vino tinto, acompañada de unas papas nativas del norte llamadas Oyuco, mas cebolla salteada al romero. Acá al probar este plato llegamos a un bello consenso y es que la cola de vaca es extremadamente sabrosa, bien sazonada y que el sabor de las papas nos llevaban a lugares de tierra húmeda, un sabor ancestral, como un sabor que nació con la tierra, un muy buen plato para terminar este viaje gastronómico, que nos llevó a zonas típicas de nuestro país, el campo, el puerto, cultura minera y ciertamente nos acercó a esta bella relación que el Tolo aun mantiene con su abuelo y todas esas enseñanzas que podemos ver reflejado en cada plato, bello y acogedor lugar El Puta Madre.

Tienen una amplia carta de tragos (tradicionales), y el consumo por persona es de aproximadamente $10000
De fácil acceso, pueden estacionar por Franklin o por la calle Padre Orellana y también esta relativamente cerca del metro Ñuble.
Fotografia: Milko Ulloa

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