Picadas Cool en Santiago

PIPEÑO, GUATITA LLENA CORAZÓN CONTENTO

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Se acerca el invierno y las ganas de comer sopaipillas o calzones rotos cada vez nos llaman más la atención, pero también el frío trae la nostalgia del verano y recordamos los cálidos pasteles de choclo con carne y pollo. ¿Para qué esperar un año y comer lo que realmente nos gusta?
En Pipeño Restaurant está la solución para los fanáticos y amantes de la comida chilena, para quiénes no quieren esperar todo el año y un pastel de choclo en invierno, les vendría bien. Ubicado en una pequeña calle de providencia, Pipeño nació particularmente gracias al amor por la cocina chilena de su dueño, Felipe Florenzano.

El local adornado con banderas, lámparas de mimbre, chupalllas y música cien por ciento chilena ofrece una carta  con productos nacionales y frescos. Antes de poder tomar una elección a la mesa llega un pocillo de greda con pequeñas sopaipillas y al lado una piedra de pebre con ají verde picante, pero en Pipeño innovaron y le agregaron mote para suavizarlo. Nada que decir, excelente mezcla
A parte de las mini sopaipillas, hay tablas. La Tierra es una de las más vendidas. Cómo no, si por 10.500 pesos entre cuatro personas se puede comer arrollado huaso salteado, papas rellenas con prietas y pastel de choclo. También hay empanadas de cancato chilote, las populares chorrillanas, y machas a la parmesana. Éstas últimas vienen en un plato de greda adornado con repollo morado, cebolla y pimentón rojo.

Mientras se termina el aperitivo dan ganas de continuar comiendo. En los platos principales se puede encontrar osobuco, entrañas y costillar, mientras que en acompañamiento hay ensaladas, porotos con mazamorra, puré picante y arroz.
Lo más pedido es la plateada al horno preparada en un fondo de vino con cebolla, tomate y zanahoria durante más o menos seis horas. Su dedicada preparación permite que se pueda cortar con un tenedor, mientras que la antigua receta de la familia del dueño, la milhojas de papa le calza perfecto al trozo de carne. Se nota que respetan la esencia de las recetas típicas y los aliños.
Guatita llena, corazón contento dice una de las páginas de la carta. Si no es suficiente con los grandes platos de comida, también hay combinaciones de postre con calzones rotos, manjarate y prestigio casero, helados y leche asada. Recomiendo el manjarate, nada que comparar al que venden en los supermercados. Es cremoso y el fondo con chocolate, simplemente no dan ganas que se acabe.
A la hora de hablar de los bebestibles, hay un dicho muy cierto ¿Si viene a chile y no toma vino, a qué vino? Por lo mismo, el borgoña con frutilla con harto hielo es refrescante entre tanta comida. También hay terremoto, clery, ron, pisco, espumantes y tragos sin alcohol.

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Abierto de Lunes a Sábado hasta que se vaya el último comensal, también tiene un menú de almuerzo a 6.500 pesos que incluye entrada, fondo, postre y algo para tomar. Quizás un poco caro para la gran oferta gastronómica del sector, pero no está demás dejar de pensar en la comodidad de la comida rápida y comer unos garbanzos con choritos, una sopa de zapallitos italianos o un chupe de merluza.
Dirección: General Flores 39, Providencia
Teléfonos: +56 22 378 3623 / +56 9 52236659


Redes Sociales:
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Francisca Jaeger
Periodista, colaboradora de Chile Gastronomía
notas.periodisticas@chilegastronomia.cl
 

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