Definitivamente, hace mucho tiempo que la comida peruana se abrió un espacio en nuestro país. Y un espacio bien ganado, ya que sus deliciosas y condimentadas preparaciones la hacen ser una de las mejores cocinas a nivel mundial. Pero los peruanos no se quedan sólo en eso, no señor. Ellos también gozan de una coctelería destacada que se sustenta, mayormente, por su variedad en piscos. ¿Sabían ustedes que existen 8 cepas de pisco?
Y para saber más acerca de este brebaje majestuoso fuimos invitados, junto a mis compañeros de Chile Gastronomía, al restobar “Entre piscos, sin fronteras”, del grupo Valerio. Allí, nos atendió uno de los socios, Rafael Cruz, quien con una amabilidad típica de nuestros vecinos, desplante y gracia, nos contó cómo llegó a Chile hace 10 años y todas las aventuras –y desventuras- que tuvo que vivir para lograr su anhelado sueño.
El lugar es pequeño y muy acogedor. Está ubicado en un segundo piso pero cuenta también con una terraza exterior. La luz tenue que lo cobija, le da una sensación muy íntima formando un ambiente que sólo te invita a disfrutar.
Ya instalados, nos ofrecieron un pisco sour Tabernero y un piqueo de “Choritos a la chalaca” de cortesía, como para ir entrando en calor. Nos atendió Gonzalo, un garzón colombiano muy encantador. Mientras nos disponíamos a mirar la carta para ver con qué trago nos íbamos a deleitar, Rafael, con su bandera peruana como cábala sobre sus piernas, nos contó, entre algunas otras cosas, que comenzó desde muy abajo para llegar a abrir su propio restobar y que se vino a Chile con lo puesto, con la meta clara de conseguir las oportunidades que en su natal Perú no se le iban a presentar. Rafael nos tenía a mí y a mis compañeros hipnotizados con sus anécdotas.
Entre Piscos es sinónimo de compartir un momento agradable y gozar de una buena conversación con los tuyos. Al llegar la carta, nos sorprendimos con la variedad de piscos y macerados que desfilaban en sus hojas; más de 40. Por supuesto, le pedimos a Rafael que nos sugiriera algo y fue así como se posaron sobre nuestra mesa un “Martini Lichi”, dulce y fresco y un “Cholopolitan”, la versión peruana del Cosmopolitan y que lleva pisco Tabernero Quebranta, maracuyá, cranberry y limón. ¡Qué cosa más rica! Todo gracias al bar tender Mario Jesús Arguelles quien se luce en la barra con sus preparaciones.
Y, por supuesto, teníamos que acompañar estas maravillas bebestibles con algún piqueo. Era imperdonable no hacerlo. Por eso pedimos una trilogía de ceviches que estaba para chuparse los dedos. ¡Pero ojo! si son sensibles al ají cuidadito con el Rocoto, que pica como condenado. ¡Sólo para paladares valientes!
Ir a Entre Piscos es una experiencia rica. Te atienden muy bien, te sientes en un ambiente cálido, puedes probar exquisitos tragos y sabrosos piqueos ideales para vivir una noche muy amena. Además, te encontrarás con pinturas y algunos objetos exhibidos típicos de la cultura inca que Rafael luce con orgullo en su local. Atentos que en poco tiempo abrirán un nuevo Entre Piscos en el Barrio Brasil, así que ahí estaremos apoyándolos.
¿Dónde? Av. Pedro de Valdivia 3323, segundo piso, Ñuñoa.
También puedes visitarlos en www.entrepiscos.cl y hacer tus reservas, por si quieres celebrar tu cumpleaños, a
reservas@entrepiscos.cl