Ha sido signado por el clamor popular como un comedor experto en pescados y mariscos. Y como no si su propietario Cristian Rivera sabe de mar. Siempre incorporando novedades marinas a la carta, amén de una incansable búsqueda de productos frescos y en cantidades generosas para su fanaticada.
Este comedor ha agarrado una fuerte ola, transformándose en un verdadero templo marino en estas tierras de campeones. Con tres sucursales en el puerto histórico, ha dado espacio a verdaderas suculencias de las costas como sus sedosos erizos, tiernos locos y pescados de rocas o de alta mar que se lucen sin aspavientos. Cocinados con sencillez pero que sin duda es un ejemplo de saber culinario manejado con humildad y cariño. Del mar a su paladar, sin más. Obra del equipo de cocina comandado por Alex Carvajal y Keomit Cayetano.
En un grato comedor con onda playera junto a redes y boyas, se puede disfrutar en horarios de desayuno, almuerzo y cena. Insuperable resulta su sector de terraza donde se disfruta el comer junto al calor y brisa costera. Digno de un almuerzo de vacaciones en el puerto histórico.
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(Erizos en salsa verde)
Con los primeros rayos del sol se pueden disfrutar de sus churrascos con queso o palta, pailas de huevos, ave mayo y sus especiales como son: el churrasco marino o un rompe catre. Además acompañan una batería de empanadas de queso, almejas, pulpo crema queso o de locos.
En esta picada el tamaño sí importa. Y creo que ese es uno de sus secretos. Su éxito está dado por preparaciones frescas y en platillos atiborrados en gigantescas porciones prácticamente para compartir. Aquí lenguados, meros, mulatos, pejeperros entre otras bestias marinas suelen lucir optimas en cada plato. Desde sus opciones a la plancha o fritos o con salsas hasta un caldillo de la casa que es pura contundencia marinera. Las guarniciones son simples, sacadas del repertorio nacional. Chilenas, ensaladas surtidas, arroz, papas mayos o fritas.
(Empanada de mariscos)
En una nueva cruzada culinaria tuvimos el goce de probar unas magníficas empanadas de maricos, loco queso y camarones. Fritura perfecta y crujiente con un relleno sabroso y con buena sazón. Además para mi deleite se dejaron caer una compota de erizos. Nada que decir, Magnánimos!!
Mención aparte para su abundante y bien logrado jardín del mar. Pulpo grillado, pescado frito, picante de lapa, camarones al ajillo, cebiche y chupe de jaibas encierran este suculento bocado. Y para cerrar este banquetazo marino una tierna y suave porción de pescado con mariscos en salsa de ají amarillo acompañado de arroz. Poniendo cierre a una marca que crece, con un mar por delante.
(Jardín de mariscos)
La mayoría de sus preparaciones se comparten entre dos a tres comensales. Ideal para un piqueo junto a una buena cerveza Mahou o una jarra de jugos naturales de mango, guayaba, maracuyá, naranja o limonada. En definitiva esta picada es un comedor simple que reconforta, sin mayores recovecos de alta cocina que busca entregar frescura, calidad y cantidad. Por lo que se debe ir a disfrutar para irse con la guatita llena y el corazón contento.
Manuel Rodríguez 650. Iquique
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