Bajo la actual presidencia de Gonzalo Cisternas, la Varsovienne S.A., comienza un proceso de renovación y expansión de su marca a través de un completo cambio de imagen que incluye actualización del logo, cambio de packaging, desarrollo de nuevos productos, remodelación y apertura de nuevas tiendas, con miras a otros mercados de la región.
Son más de 60 años los que lleva la tradicional chocolatería Varsovienne como parte de la historia chocolatera de nuestro país. Herencia europea que llega de la mano de un grupo familiar desde Varsovia que manejaba una pequeña confitería a orillas del Rhin, afincándose en Chile con su negocio a un costado del Teatro Municipal.
Años más tarde, sería la familia Cisternas quienes tomarían la experiencia y calidad del viejo continente, para seguir desarrollando una marca que llegó al siglo XXI como líder de su segmento y con energía para renovarse manteniendo intactos sus sellos de calidad y tradición, esa que pone acento en la dedicación, maestría y paciencia. “Creemos firmemente que el cariño y la dedicación puestos en nuestros procesos se pueden disfrutar con los sentidos”, afirma Gonzalo Cisternas, socio mayoritario de Varsovienne.
“Considerando que nuestros productos se han mantenido inalterables en el tiempo, manteniendo siempre una calidad inigualable, ese sabor único que los hace reconocibles en cualquier lugar a la hora de probarlos, es que hoy hemos decidido poner especial atención en nuestros locales, en la imagen y en la forma de vender. En el mercado actual hay que estar siempre innovando y en permanente contacto con los mercados del mundo para llegar a más clientes a través de distintas plataformas de venta”, afirma Gonzalo.
Varsovienne se ha nutrido de su origen y vuelve a él, pero no por nostalgia al pasado, sino por los detalles en la calidad, en los procesos, en los trabajadores y clientes que la distinguen en cada producto.
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