EL MENÚ ESCONDIDO DE PULPERÍA SANTA ELVIRA

Vivimos una experiencia absolutamente especial con los amigos de la Pulpería Santa Elvira. Ubicada en la calle con el mismo nombre, en pleno Barrio Matta Sur, se encuentra este verdadero refugio culinario que, literalmente, hay que descubrir.

La pulpería, que parece una casa como cualquier otra del barrio, esconde un maravilloso y acogedor lugar en su interior. Cruzamos su salón comedor para instalarnos en su terraza, perfecta para las veladas de primavera y verano que están a la vuelta de la esquina y que también, conecta con el lugar de operaciones de los chefs, por lo que pudimos ir conversando mientras preparaban sus especialidades, una dinámica que parece ser de lo más común en el lugar.

La ambientación, la decoración, la música, la camaradería de los maestros en la cocina, Javier e Ignacio, y sus platos lograron la combinación perfecta. Nuestra anfitriona, Flor, nos preparó para lo que se venía con unos pequeños adelantos: una mini sopa de zapallo, para entretener nuestros paladares, panes y salsas especiales de la casa, y un brebaje poco común para estos comensales, pero muy común en Argentina, el Cynar, un licor de alcachofa que esperamos seguir probando. Muy recomendable.

En cuanto a sus especialidades probamos de entrada una Alcachofa crocante con tomates sol de Azapa, una original forma de comerla que nos pareció de una textura increíble. También probamos la Arucha con longaniza casera, acompañada de distintos hongos y huevo poché, una variedad de sabores deliciosos. Para acompañar, unas cervezas orgánicas Raíces, de sabores bien intensos que mezclaban muy bien. 

Los platos de fondo fueron un Osobuco braseado con polenta, de carne muy tierna y que combina muy bien en sabor con la polenta, y una Reineta sellada, con piel crocante muy rica y su carne a punto, acompañada de budín de zanahorias que le da un toque dulce interesante y sabroso. Acompañando los platos principales probamos su vino Étnico  Carmenere, que completó con el maridaje perfecto para los sabores de esta cocina tan singular.

La velada terminó con una grata conversación con los chefs, que recorren las mesas una vez terminado el servicio para compartir un momento con los comensales, y hablar de la comida, los sabores y la vida. Absolutamente recomendable encontrarlos.

Sus menús van variando cada cierto tiempo y siempre hay algo nuevo que descubrir y probar. Abren viernes y sábados y la asistencia es sólo con reserva previa.

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Fotografías: Ignacio Vera